miércoles, 21 de enero de 2015
___ ESCORIA HUMANA ___
Complicaciones arduas del corazón
humano. Misterios insondables de la
naturaleza, la vida es un problema,
la vida es un arcano y por la vida
agitan su vuelo soberano, dos aves de
rapiña, la muerte y la tristeza.
Olvidos, desengaños, desilusiones crueles
incompasivas almas, emponzoñados senos.
Por todas partes luchas, por todas partes hieles, vasos en cuyos bordes hay
demasiadas mieles y, en cuyo fondo hay
tanto acíbar y veneno.
Yo todo lo perdono con voluntad de acero
apuro hasta las heces mi vaso de acritud.
Más perdonar no puede mi corazón sincero
a un monstruo abominable, aterrador y fiero
que habita entre los hombre, se llama... ingratitud.
Perdono al envidioso y al que con lengua
insana, reputaciones hiere, virtudes y honras trunca. Perdono en sus mil
formas la perfidia humana, perdono al que se vende como una cortesana, perdono al asesino..., pero al
ingrato nunca.
Porque el ingrato encierra del crimen la
simiente y todas las negruras entre su corazón. En sus entrañas lleva, veneno de serpiente , ataca por la espalda pero jamás
de frente; recibe un bien y en cambio
devuelve una traición.
La ingratitud es sombra, la gratitud sin duda
es el mayor pecado, de todos los pecados...
Es de todas las armas, el arma más aguda.
Es una vieja escuálida de faz torva y ceñuda
que tiene por vivienda los pechos depravados.
Ayer en un recodo del áspero camino
Que cruzo en la existencia, con gran
resignación, allí tirado y débil un pobre
peregrino, solicito y amable le di a beber mi vino, le di mi franca mano, después mi corazón.
Con fervoroso empeño calme su sed ardiente
cubrí sus desnudeces de misero gitano, ungí
todas sus llagas y cariñosamente seque con
el pañuelo su sudorosa frente, como si se tratara de mi mejor hermano.
Publica Maye.
"autor desconocido"
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