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| Cuando eras pequeño te ayude a crecer, tus primeros pasos con mi ayuda fue. Y cuando no hablabas, sabia entender, tu llanto inocente clamando mi ser. Fueron tus palabras para mi un placer y, así aprendiste a, hacerte entender. Te enseñe a bañarte, te enseñe a leer, a vestirte solo y a jugar tambien, te muy dificil aprender la v. Cuando te enfermabas estaba mamá, junto a tu cunita no había nadie más. Y cuando la sopa no querías comer, un cuento te hacia y entre risa y risa todita se fue. Más tu crecimiento, intranquilo fue, un niño curioso queriendo aprender. Con tu adolescencia, dueño de este mundo tu querías ser. Hoy que eres un hombre, te pido yo a ti. Cuando sea una anciana, si lo si lo llego a ser, tenme la paciencia que te tuve yo. Así como un día, te ayude a crecer Ayúdame tu, a envejecer. Cuando las sombras en mis ojos caigan y mi cuerpo tiemble al caminar, ayúdame hijo... ayúdame. Si soy necia, testaruda o me cuesta entender... no me riñas, no te irrites que me cuesta comprender, las cosas que en otros tiempos eran fácil de aprender. |
4 comentarios:
Maye, desconocía tu blog, llego a él desde el de Martha, y debo decirte que tu poema me ha emocionado... es cierto que damos todo a nuestros hijos, incluso nuestra vida si fuese necesario... y sólo pedimos, un poquito de cariño y comprensíon, cuándo con el paso de los años, nuestros pasos se hagan más lentos y el mundo se nos torne más oscuro.
Un abrazo con mi felicitación por tan bello poema.
Mi querida Maye, lindo poema, los hijos...y despues los nietos, ya lo veras, una madre nunca deja de preocuparse, pero tambien son muchas las satisfacciones que nos dan. Un beso.
Ángeles buenos días, gracias por leer mi blog y por tus palabras me dan mucho ánimo para seguir escribiendo, un abrazo.
Recordada Martha, si ya lo creo, ellos son nuestra continuidad y razón para seguir viviendo. Espero poder experimentarlo algun día. Un fuerte abrazo.
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