A nadie arrastro en mi vida tormentosa. A nadie le pido que siga atrás de mi. Nadie sabe lo que llevo adentro. Y nadie sabe, porque tengo que seguir. Y voy suplicando una migaja de cariño, a quien nada quiere ya saber de mi. Mas, un beso yo le he pedido solo un beso y nada mas. Pero solo una fina espina... fue lo que yo recibí. Que se clavo aquí en mi mente y el pecho a mi me dolió. Porque se quedo anclada... en mitad del corazón.
Maye. |
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