He venido de tan lejos navegando entre las nubes y olfateando tu recuerdo. Allí parado en tu puerta continúe, hasta tu ventana y alli encontre tu silueta recostada, en la cama y, entre tanta soledad, una lágrima rodaba y, en el silencio un sollozo a mi pecho, estrujaba. Y yo, como una sombra a, tu lado me quedaba. No quería interrumpir tu mirada angustiada. Que se posaba en un sitio de ese, pasado incierto que a los dos incomodaba. Y sin querer molestarte me aleje, sin que me vieras sin darme el último adìos ni una mirada siquiera.
Maye.
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