Y, que te adoro bien mio porque as sido mi ángel guardián, tu bien lo sabes, que te quiero mucho como solo yo, madre abnegada he podido amarte. Que si me falta tu parecencia, puedo enloquecer mi cielo, que me muero si no vuelvo a oír tu voz, ya lo sabes. Que no soy ese ser que tu esperabas y que soy la persona que a ti a defraudado y por eso, tus desplantes me regalas. Que dolor, que tristeza, que congoja como vivir con el alma destrozada como vivir con el corazón ensangrentado. Como olvidar si eres carne de mi carne... como olvidar si eres sangre de mi sangre. Clemencia pido a ti ¡Oh, Señor Eterno! dame sosiego, dame la paz que necesito para seguir viviendo y no caer desfallecida de dolor en este instante... Amado Padre.
Maye.
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