Era una noche de reyes cuando a mi hogar regrese después de meses de ausencia de cumplir con el deber llevaba muchos regalos y el amor a flor de piel. Las luces iluminaban, los ventanales que ayer, fueron testigo silenciosos del amor que nos juramos, mi amada y este ser, poco antes de partir. Pero en su interior había... un hombre y una mujer danzando al son de la música la canción, que yo le cante. Y ella emocionada... sonreía en los brazos de él. A donde quedaron mis hijos donde quedo mi querer... a donde se fueron los besos, que me dio antes de partir. Con el alma destrozada, partí el cristal del salón, le deje allí los regalos y me perdí entre las sombras y no supe a donde fui. Hoy recordando el pasado, creo que yo no perdí, porque tengo a mis hijos y, me gane el derecho de ser amado y ser feliz, con una bella mujer, que si sabe, lo que es ser fiel.
Maye. |
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