Y pensar que ya pasaron nueve años, desde el día en que te perdí y, aquí sigo con el dolor latente, pensando siempre en ti. Nunca imagine madre, que al despedirme, fuera la última ves que te vería con vida. Nunca pensé que al volver te encontraría en una triste y fría fosa de un cementerio. Como me dolió, me duele y me seguirá doliendo. Me arrancaron el corazón en carne viva. Y sigue sangrando de noche y de día. Nunca madre, lograre cerrar esta honda herida que has dejado con tu ausencia. Te llevo a todas partes y vives en mi ser. Cuantas cosas me querías decir y no pudiste. Cuantas cosas te llevaste a la tumba. Cuantos besos prometidos no llegaron. Cuantos abrazos se quedaron suspendidos. Tus sonrisas siguen siendo mías, y en el silencio de la noche las escucho. Tus abrazos me arropan cuando duermo y me acompañan hasta un nuevo amanecer. Se, que donde quiera que te encuentres madre, me cuidas y abonas el camino para llegar a ti. Te quiero madre.
Maye.
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