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Que bello fue el día de tu nacimiento
Que dichoso fue tu corto vivir...
Nos dejaste pronto...
¡que gran amargura!
No pensé jamás... que te irías así.
La muerte nos lleva...
¡ella no perdona!
No le importa el sexo, edad, ni el color
y, si eres pobrecito lo mismo le da.
Tampoco ella entiende de las religiones.
Ella solo sabe, que somos iguales
y el que mucho tiene no se va a quedar.
El único viaje al que se van juntos
pobres y ricos y, sin protestar, pues no
hay abogados, no hay medicina y ante
la muerte... no hay nada que hablar.
Maye.
2 comentarios:
Si unos la llamamos a gritos y otros nisiquiera la determinan pero a todos y a cada uno nos llegara su mirada...
A veces hay momentos en la vida que sentimos dolor, tristeza, amargura, impotencia, rabia etc, por A o B cosas y deseamos la muerte; pero esa no es la solución, "la solución es enfrentar las dificultades por los que podamos estar pasando" ¡acaso nos acordamos de ella cuando estamos felices..! ¿no verdad? pues ella llegara cuando no la llamemos, cuando menos la deseemos, cuando no queramos partir, y entonces no habrá vuelta atrás.
A cada quien le toca vivir la vida como se le presente porque nos la ganamos como en un juego a la ruleta. Un fuerte abrazo.
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