Una sonrisa...
No cuesta nada pero vale mucho
Enriquece a aquellos que la reciben,sin restar de aquellos que la dan.
Se produce como un relámpago, pero su
recuerdo a veces dura toda la vida.
No hay nadie tan rico que no la necesite;
ni nadie tan pobre que no la pueda dar.
Produce felicidad en el hogar, crea el bien
en los negocios, y es la contraseña entre
los amigos.
Es descanso para el cansado, luz para el
desilusionado, sol para el triste y antídoto
para los problemas.
Pero no se puede comprar, ni pedirla, ni
cogerla prestada o robarla; porque es una
cosa que no vale nada a nadie, hasta que
la regala.
Si con la prisa del trabajo, a uno de nuestros
empleados, se le olvida darle a usted una
sonrisa, ¿ Tendría Usted La Bondad De
Darnos Una De Las Suyas?
porque nadie necesita tanto de una sonrisa
como aquel a quien ya no le queda ninguna
para dar.
Autor Misael Cáceres
Publica Maye.
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