Mi pecado es amarte locamente
mi castigo, sufrir por este amor
de rodillas te pido me perdones
si al amarte te ofendí con este amor.
Tu pecado es llorar amargamente
tu condena sufrir por mi dolor
de rodillas pedirás al Dios eterno
que yo vuelva y te conceda, mi amor
¡Imposible, porque ya no te quiero!
sera tarde porque ya te olvide
cicatrices solo quedan en mi alma
de condena, que por ti, a oscuras
arrastre.
Hoy solo queda el despojo de este
hombre.
que en el pasado a ti idolatro
tu puritana... yo el pecador
tu la señora... yo el caminante
tu la princesa... yo el labrador
siempre yo, el mendigo...
suplicándote amor.
Maye.
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