Tome su mano con fuerza
quería infundirle vida
a ese cuerpo inerte
que parecía dormido.
Cubrí su frente de besos
y su boca sonreía
sus ojos fueron perdiendo
el brillo que aun tenían
su mano fría... muy fría
se cayó de entre la mía.
Su vida se había extinguido
como el sol... allá en la
lejanía... y su piel de
porcelana, a la cera parecía.
Y yo... que podía hacer yo...?
Se había ido para siempre
y solo atine a decir...
Que los ángeles te lleven
al lado de Dios mi bien
que volveremos a vernos
y este amor te llevare
y mis ojos se inundaron
de lágrimas sin querer
porque esa mujer un día
a la que odie sin querer
me enseño a, amar la vida
y aprendí a odiarla también
esa mujer que tenia
inerte ante mi ser...
no supo, que la había amado
no supo cuanto la ame!!!
Se había llevado con ella
mi odio... y mi amor
también... me había quedado
vació... sin odio ni a quien
querer.
Maye.
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